The Silmarillion, one of my most favorite books ever, ever. Every now and then I re-read it. And as always I found the same magic, the thrill that makes my blood boil. The Silmarillion, as itis filled with symbolism and mythology, has had his way into my heart.
There's this strange habit among many tolkiendilis (friends of Tolkien) to find ourselves a lineage, yep an elven, half elven, human or hobbit and why not orcs one. A very dear friend of mine once told me I'm among the half-elven lineage...I might as well be. I undestood his words the second time I read the book. Its hard to express in words why I say that, though I wish I were as beautiful and wise as the Eldalië were.
Es curioso como un libro (y qué libro) me llena de saudades por una tierra (ya se que imaginaria...) en la que la palabra era valiosa y nadie faltaba a una promesa, quien lo hacía cargaba un hado terrible: la deshonra. Cuando el horror se mezclaba con la grandeza y los elfos eran amigos de los hombres. De las epocas del plateado Nimloth antes de que Sauron lo quemara y Elendil arriezgando la vida, rescatara un vástago, sembrando con él la certeza de que a pesar de la oscuridad, lo bueno, lo bello y lo justo siempre prevalecerán.
Es curioso como enciende el deseo de salir al encuentro de orcos, al encuentro de los miedos y realizar las grandezas cotidianas, de la coherencia entre la palabra y la accion, entre el corazon y la mente.
Quisiera Eärwen ir a Lindon (los puerto grises) y echarse a la mar, regresar a Alqualondë. Cirdán partió hace mucho, ese camino ya esta vedado para ella. Eligió amar a los mortales y atar su hado al de los Edain (segundos nacidos). El mar la llama, ella lo escucha; los compañeros estan lejos, pero ella los siente y mientras transcurre esta era, espera el retorno de su amado, cuyo nombre ya no recuerda pero por el que iría hasta las mismísimas puertas de Angband.
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