septiembre 02, 2010

¿Qué fue primero, el muro o la raíz que lo sotiene? ¿El techo que entronca o el tronco que techa? Una semilla un día, germina en donde menos se le espera. El tiempo hace de lo nuevo y sorprendente un firme edificio de venosa extrañeza, de belleza radical, insostenible como proyecto humano, indestructible como si no existiera. Una fuerza natural guía esta germinación mural, como ciertos deseos insospechados que nunca son hijos del plan sino del instinto. El tiempo y la humedad germinan hasta en las pierdas mas indiferentes. Y el deseo, incluso sino es deseado, echa raíces, abre ventanas, se asoma por la puerta inocente o con cinismo, como si nada extraño sucediera. un día hasta el cielo y la luz son intrusos. La maraña de raíces gotea, todo lo inunda cons sus hilos, como una lluvia muy lenta y enredada que no cesa, que no tiene prisa y toma poseción a sus achas mientras sigue creciendo.
(leído en una expo de foto en plaza Juarez, sept 2006, no encontre nunca el autor)

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